Aguas servidas para la climatización: Así funciona el sistema del rascacielos más alto de Latinoamérica

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Es el edificio más alto de Latinoamérica con 300 metros de altura, y dentro suyo tiene un sistema que aprovecha las aguas servidas para la climatización. Así funciona la innovadora apuesta.

El edificio, que se encuentra próximo al río Mapocho de Santiago, está diseñado con sistemas estructurales, sistemas mecánicos y capacidad de respuesta al medio ambiente. Evidentemente, la construcción también tiene que tener un sistema de climatización y es ahí donde puso manos a la obra la firma Daikin.

En su interior se desarrolló la más grande instalación de unidades de condensación de agua en un edificio, para lograr estabilidad térmica todo el tiempo. Su funcionamiento integra las aguas servidas del agua del Canal San Carlos, para poder disipar el calor al interior de todo el complejo, mediante un circuito que logra generar altos ahorros de energía y una reducción de emisiones potencialmente nocivas.

Alternativa ecológica

El equipo de ingeniería del Costanera Center especificó módulos unificados de condensación por agua con recuperación de calor, como sistema de aire acondicionado. Pero lo que hay detrás del proyecto son los interesantes sistemas VRV de Daikin.

Los mismos son básicamente aires acondicionados del tipo multi-split o de múltiple división, que utilizan un control de flujo refrigerante, para proporcionar control en cada espacio y piso de un edificio. Los sistemas de recuperación de calor VRV ofrecen características de rendimiento y diseño similares a los de un sistema de enfriamiento de 4 tubos.

Así lo destacó Julio Almonacid, gerente general de Daikin Air Conditioning Chile, en un comunicado a FayerWAyer:

En la Torre 2, las unidades VRV externas fueron instaladas en las numerosas salas mecánicas, incluyendo una gran sala de máquinas técnica en el piso 44. Cada inquilino es responsable de supervisar las conexiones en sus espacios, que incluyen la tubería y la soldadura, y luego la puesta en marcha de su equipo VRV.

El conjunto se traduce en un ahorro de energía y una reducción sustancial en emisiones potencialmente nocivas.