Dentro de la teoría general de la relatividad, Albert Einstein postuló que el campo gravitacional de una estrella podría doblar la luz de otro astro de menor tamaño, si es que esto llegara a pasar en algún momento de nuestras vidas. Y bueno, ocurrió y justo cuando un grupo de astrónomos estaban mirando hacia el cielo, confirmando de manera empírica lo propuesto por el científico alemán.
Lo que pasó fue lo siguiente (explicado en fácil): el tránsito de ambas estrellas se alinearon perfectamente frente al ojo atento de los científicos, pudiendo ellos comprobar que la gravedad del cuerpo mayor logró desplazar la luz del menor al momento de pasar frente a él, logrando un efecto parecido al que te mostraremos a continuación.
El ejemplo de la imagen nos muestra cómo el campo gravitacional del Sol nos desvía la luz de la estrella lejana (muy muy lejana, por cierto), haciéndola aparecer en un lugar en el que en realidad no está, gracias a la capacidad de refracción de la luz y las ondas de nuestra estrella. Lo anterior solamente era una teoría, sin embargo, esta es la primera vez que los astrónomos logran presenciar esta situación con sus propios ojos, motivo por el cual es tan importante este hecho en particular.
Gracias a lo anterior, quienes se dedican a estudiar los fenómenos espaciales podrán reafirmar todo lo observado con algo de conocimiento de causa, pudiendo también confirmar otro postulado de Einstein, el cual sostenía que la luz de una estrella podía ser amplificada si es que se encontraba con otro cuerpo con mayor luminosidad frente a él, pudiendo incluso adoptar el color de este último.
A estas alturas de nuestras vidas, podríamos afirmar fácilmente que el mismísimo Albert Einstein se equivocó al decir que jamás podríamos ver un fenómeno como este ante nuestros ojos, aunque claro, la tecnología se ha desarrollado enormemente desde su época hasta la nuestra, así que quizá no sea tan así. Creo.
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