Estas semanas han salido a la luz pública varias denuncias sobre la aparente aplicación de droga por desconocidos en el metro de Santiago de Chile. Víctimas mencionan que fueron tocadas por desconocidos y que al rato perdieron la conciencia. No obstante, se ha generado un debate sobre si es realmente posible esto.
El primer caso es de una joven de 22 años, que vivió un extraño momento tras ser abordada por un desconocido mientras viajaba desde su instituto hasta casa en el metro de la capital. En declaraciones a Radio Bío-Bío mencionó que un hombre le tomó la mano sin razón y ahí comenzó todo:
Me dio asco y me alerté un poco, pero nunca pensé que sería eso (una droga). Perdí la conciencia, no me desmayé, pero fue como que olvidé lo que estaba haciendo ahí.
Otro caso que recoge el medio es el de una joven que estaba esperando el metro y sintió que le cayó algo en el pelo. No prestó atención, pero todo vino después:
Llegando a Santa Ana mis piernas se empezaron a dormir, después mi cuerpo entero, ahí ya me asuste y empecé a tiritar mucho. Me bajé en Cal y Canto, me fui donde unos guardias. Llamé altiro a mi mamá; no sé cómo lo hice por qué no podía ni hablar.
Los casos se suman a otro recientemente registado en Las Condes, donde incluso el alcalde de la comuna salió al paso alertando los peligros.
¿Es posible que pase esto?
Todos los dardos apuntan a una droga denominada burundanga. Este alcaloide llamado científicamente escopolamina, puede ser utilizado de forma líquida o sólida, y representa una droga altamente tóxica.
No obstante, expertos han declarado que la intoxicación por contacto de burundanga no existe. Uno de ellos es el doctor en Biología Molecular, Gabriel León, quien ha dicho que “los síntomas que se le atribuyen a la burundanga, en términos populares, no se condicen con lo que se sabe que produce una intoxicación con escopolamina (…) Los síntomas son desagradables, no es como estar con sueño”.
El experto mencionó a la prensa local que no hay drogas de contacto que puedan provocar los síntomas descritos y que en el caso de la escopolamina se necesitan al menos 100 milígramos, pero de forma ingerida (por trago o comida). Eso sí, menciona que existe la posibilidad de que sean otras drogas, como la atropina, que se trate de una droga nueva, o de algunas ya existen mezcladas con sustancias potenciadoras.
En tanto Leonel Rojo, toxicólogo de la Universidad de Santiago, indicó que efectos como el debilitamiento de piernas podría deberse a anestésicos generales inhalantes, como el halotano. “Son vapores que inhalados podrían producir debilidad”, dijo a la radio.
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