El cometa Lovejoy, catalogado formalmente como C /2014 Q2, ha sido uno de los cuerpos más brillantes y activos desde la observación del cometa Hale-Bopp en 1997. El pasado 30 de enero, el Lovejoy pasó cerca del sol, liberando 20 toneladas de agua por segundo. En ese momento, un equipo de astrónomos observó que su atmósfera era aún más brillante y activa.
Eso sí, no se trataba de agua, sino de alcohol etílico, el mismo de las bebidas alcohólicas, lo que sugiere que los cometas pueden alojar moléculas orgánicas complejas para la aparición de la vida.
Según señala el astrónomo Nicolas Biver del Observatorio de París, “el cometa Lovejoy libera tanto alcohol, algo así como 500 botellas de vino por segundo en su periodo de mayor actividad”.
En total fueron 21 las moléculas orgánicas encontradas en el cometa Lovejoy, incluyendo alcohol etílico y glicolaldehído, un azúcar simple.
Los cometas son restos congelados del Sistema Solar. Son relativamente prístinos y por lo tanto tienen pistas sobre cómo se formó el universo.
“El resultado definitivamente promueve la idea de que los cometas llevan químicos muy complejos”, explica Stefanie Milam del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y co-autora del artículo.
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