Ya no es un secreto que Rogue One: A Star Wars Story ha provocado algo de inquietud entre los involucrados en su filmación. El primer corte no le gustó a los ejecutivos de Disney y esto ha detonado una serie de regrabaciones para intentar asegurar que se convertirá en un éxito de taquilla. El problema es que ahora ya se ha revelado a quién han recurrido para salvar esta película, y es probable que no haya sido una buena elección.
De acuerdo con un reporte del Hollywood Reporter, Tony Gilroy, sería ahora el responsable de trabajar durante los últimos meses a marchas forzadas, no sólo reescribiendo varias escenas, incluyendo el final, sino también dirigiendo y editando la mayoría de las secuencias que conformarán el nuevo corte de Rogue One, programada a estrenar el 16 de diciembre.
Gareth Edwards, director de la primera versión de la cinta estaría trabajando en equipo con Gilroy, y no habría sido retirado completamente del proceso de post-producción, a diferencia de Josh Trank en Fantastic Four, pero Tony sería el que lleva las decisiones cruciales en esta intervención, incluyendo lo que se vio con el último avance de la película.
Mal augurio para Rogue One
El punto de conflicto es que Gilroy no cuenta con una buena reputación interviniendo en franquicias reconocidas para expandir su vida. El mejor ejemplo lo tenemos con la olvidable cinta The Bourne Legacy, donde el cineasta intentó escribir y dirigir un reboot para este universo fastidiando todo en el proceso, a tal grado que Matt Damon tuvo que regresar para salvarla.
Entre sus otros créditos tenemos el guión de Armageddon (junto a J.J. Abrams), y la cuestionable adaptación de The Devil’s Advocate, y más recientemente ha laborado como productor-consultor en House of Cards, Pero su promedio de bateo amerita cuestionar su efectividad para salvar Rogue One.
Pronto se comprobará si salvó al cinta o le dio el tiro de gracia.
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