Basta con abrir los ojos solo un poquito para ver que casi todo el mundo usa algún tipo de protección en su teléfono, sin importar cual sea este; ya sea una mica de vidrio o una carcasa gel, que a gusto personal encuentro que son muy feas.
Otras personas se preocupan un poco más y llegan al punto de casi estar jugando a las muñecas, pero con sus teléfonos. Y es que es inevitable que la gente quiera personalizar algo que, lógicamente, es suyo.
Respecto a lo anterior, los últimos años no son pocos los redactores y youtubers de tecnología que se han declarado abiertamente en contra de las carcasas. Que estas “matan el diseño del equipo”, que estas son feas, que estas lo que se te ocurra. Sí, puede que tengan razón, pero no es que haya muchas opciones.
Existen las skins, estas suertes de stickers de vinilo que se pegan al teléfono y que cuentan con una masiva promoción en YouTube. A mi me cuesta bastante instalarlas y que queden bien, ya que requieren de un bendito secador de pelo para aplicarlas y aún así siempre, siempre me quedan horriblemente mal puestas. Sin contar que a veces es un problema conseguirlas y además solo protegen rayones. Por mí, descartadas.
Pero mi realidad es un poco diferente a la de la gente normal. La gente invierte dinero, y muchas veces no poco, en un equipo que les debe durar al menos 18 meses. Es normal que quieran proteger su inversión y no tener una pantalla rota y fea. Otros quizás piensan en el factor de la reventa, un equipo dañado es muy castigado en su precio al tratar de venderlo.
Hay un problema que viene desde arriba. Los smartphones se están diseñando cada vez más como objetos de lujo y cada vez pensando menos en el factor utilitario en pos de un diseño armónico pero poco útil en la vida real. No les miento, me encanta como se ve el LG G6 y el Galaxy S8 con sus casi no bordes, pero de todas formas les pondría una carcasa.
Los posteriores de aluminio se me resbalan, los de vidrio si tengo un descuido no solo rompo la pantalla, también el posterior. No sé ustedes, pero prefiero “afear” el equipo y ponerle un pedazo de plástico que lo proteja antes de tener que mandarlo a arreglar. Le dejo el lujo de usar un equipo sin carcasa a los millonarios o a los que son muy hábiles, que no es mi caso. Quizás busca una carcasa más bonita, o bien personalízalo a tu gusto, pero mi humilde consejo sería: ponle algo a ese equipo, que los arreglos no son baratos.
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