Me acuerdo que cuando jugué PaRappa the Rapper por allá por el ‘97, era tan solo una niña y no cuestionaba tanto los juegos y sus historias. Encontraba que el juego era entretenido en general: me llamaba la atención el rap y tenía dibujos animados, eso me bastaba. De hecho nunca se me olvidaron algunas frases clásicas de PaRappa como “I gotta believe!”.
Sin embargo ahora que jugué este título nuevamente, con su versión remasterizada esta vez, y pasé todo el juego de nuevo, me di cuenta de que en realidad es un tolueno del porte de un buque una fumada de esas épicas. Traduciré esto: Hay cosas que no tienen sentido (como que un perro se enamore de una flor), por lo que pareciera que los creadores se hicieron con unos LSD para escribir el juego en su tiempo. De todas maneras, la historia de PaRappa y su objetivo no es ajeno al que hemos tenido muchos de nosotros alguna vez.
Rapeando se llega a Roma
El objetivo del juego es ayudar a Parappa -un perro- a conquistar a Sunny Funny -una flor antropomórfica- de quien está enamorado, todo esto por supuesto cantando rap. Para lograr cautivar a Sunny, nuestro protagonista lamentablemente tendrá que pasar por varias situaciones desafortunadas que luego de alguna manera logrará dar vuelta: deberá cocinar un pastel de cumpleaños para Sunny (pues el que había comprado se arruinó), deberá conseguir un baño urgente mientras está en una cita con su enamorada (comió mucho pastel) y para remate deberá vender sus cosas en un mercado para pagar el auto de su padre (que él mismo chocó). Bueno, cosas que pasan.
Estos eventos y un par más servirán de justificación para jugar el título: en cada evento PaRappa deberá rapear siguiendo los pasos de algún maestro. Por ejemplo, para cocinar el pastel deberá seguir las instrucciones de una gallina chef llamada Cheap Cheap y a la vez, nosotros seguir las rimas de la instructora. De esta forma el “jefe” de cada etapa rapeará unas rimas (algunas buenas y pegajosas y otras malas y sin sentido) y nosotros debemos repetirlas presionando los botones que indiquen en la pantalla para que PaRappa cante. Sí, como cualquier juego de ritmo.
Remasterización parcial
El problema es que este juego se cae en eso mismo: en el ritmo. Siempre me han gustado este tipo de juegos y por lo general me puedo lucir decentemente en ellos, pero en este juego no hay caso, no logro pasar una etapa sin fallar (según el juego) alguna vez. Por más que presionaba el botón determinado en el momento preciso me aparecía que estaba rapeando “mal” y perdía puntos. Después intenté presionar los botones sin mucho ritmo y curiosamente ganaba puntos, como si nos premiaran por ser desincronizados.
Lamentablemente el rap de RaRappa se escuchaba horrible de las dos maneras, acertando o no a las indicaciones (de hecho las pocas veces que se oía bien era cuando no acertaba). Su voz se escuchaba cortada, al igual que en el juego original de PlayStation. De hecho si logramos rapear “cool” -que es la mejor puntuación- entraremos en una fase freestyle en donde podemos presionar los botones que queramos y rapear libremente, pero aquí PaRappa se escuchaba peor aún, siendo incapaz de terminar una rima. Con la remasterización pensé que eso podía mejorar, pero NOPE. Me demoré la nada misma en completar el juego (son solo seis etapas), pero más de una vez tuve que repetir algunas fases porque el juego no me captaba correctamente los botones.
Por otro lado, tenemos las mejoras gráficas, que en realidad son solo parcial. Si bien el título hace pensar que TODO el juego está remasterizado, solo una parte lo está: cuando hay que jugar y seguir las rimas. En esta parte todo luce mejor -con alta resolución- y el juego corre de manera fluida. La estética con dibujos animados planos se mantiene evidentemente, porque es la esencia de PaRappa the Rapper, pero tienen mejor color y lucen más nítidos, al igual que los botones en la pantalla y los subtítulos.
Ahora, hablemos de las cinemáticas en donde nos muestran la historia del juego. Cuando vi esta parte en la versión remasterizada fue como volver a esa bella época noventera en donde las gráficas eran bien feas. Sí, asimismo fue, porque esta parte no está remasterizada y se ve igual de fea. Mantuvieron la visual del juego original con fondo en mosaico y una caja mostrando las escenas con baja calidad de imagen. Como ven, de “Remastered” hay poco.
Conclusión
Siempre me ha gustado la idea de este juego -seguir rimas con los botones- y los rap de los “maestros” si bien a veces son ridículos, son divertidos. Lamentablemente la experiencia se complica un poco con algo básico en un juego de ritmo, la sincronización con los botones. Por otro lado, si hubieran remasterizado todo (o sea, todas las gráficas) quizá tendría más sentido adquirir el juego nuevamente. Yo preferiría sacar la vieja PSX, volver a instalarla y jugar el antiguo título ahí, porque de todas maneras PaRappa entretiene. Así como está ahora, debería costar no más de USD $7, incluso podría ser un juego gratis de PlayStation Plus.
Lo bueno:
- Melodías pegajosas
- Objetivo divertido
Lo malo:
- Mala sincronización al presionar los botones y marcar las rimas
- Solo la mitad del juego tiene mejoras gráficas
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