La gente del MIT se distingue por presentar algunos avances tecnológicos extraordinarios que marcan el futuro de la industria; curiosamente estos hallazgos a veces acontecen de manera afortunada, aunque no formaran del objetivo original.
Así se relata en el descubrimiento de un nuevo proceso de fundición capaz de separar los metales de transición casi puros de sus minerales, sin necesidad de aplicar los subproductos nocivos que se utilizan tradicionalmente. El caso de estudio, publicado en la más reciente edición de Nature Communications, describe a grandes rasgos el curioso caso.
En un principio, los científicos del MIT buscaban un método para producir baterías líquidas más eficientes. El procedimiento experimental se aplicó y resultó un fracaso bajo la intención de lograr tal objetivo, pero se encontró que en realidad se producía una reacción inesperada pero impresionante.
Los investigadores manipulaban la electroquímica de los fluidos líquidos en la batería de prueba, con la intención de colocar un segundo electrolito entre los electrodos positivo y negativo.
Cuando se energizó este dispositivo se descubrió que en lugar de cargar la batería, se produjo una electrólisis, purificando el sulfuro de antimonio utilizado, así se creó un grupo de antimonio 99,9% puro.
Este proceso sería factible para otras clases de metales, donde el proceso de creación/fundición resultaría mucho menos agresivo que los actuales
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